La lactancia materna, como no podía ser de otra forma, no sólo es la forma natural de alimentación del bebé sino que, además, cada día suma nueva evidencia científica que nos habla sobre todos sus beneficios.
Recientemente, la Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO) ha defendido el beneficio de la lactancia materna para el correcto desarrollo oral de los bebés, evitando así que en etapas posteriores de la vida se tenga que recurrir a la ortodoncia. Y lo explican de una manera muy comprensible ya que al nacer, el tamaño del maxilar superior es mayor que el del maxilar inferior (mandíbula) que, además, se encuentra en una posición más retrasada. Cuando el bebé succiona el pecho de su madre, se estimula su musculatura bucal y esto favorece que la mandíbula avance desde esta posición más retrasada a una posición medial. Todo este movimiento es el que permite la succión (cuando el bebé sella el pezón con su boca) y la extracción de leche cuando lleva la mandíbula hacia adelante para sacar la leche).
La SEDO informa que se ha comprobado que los bebés que han tomado pecho tienen menos posibilidades de tener discrepancias en el tamaño de los maxilares cuando se los compara con aquellos que sólo han sido alimentados con biberón. Por lo tanto, la lactancia materna es un factor muy importante para la salud de los bebés, por las siguientes razones:
• evita anomalías dentomaxilofaciales y maloclusiones dentales (sobre todo mordida abierta), situaciones que requieren de ortodoncia para su corrección posterior.
• promueve el adecuado desarrollo de la musculatura oral, favoreciendo la correcta función succión | deglución | respiración. En los bebés que han tomado solo biberón, se comprueba un mayor riesgo de deglución atípica, disfunción masticatoria, dificultades en la fonoarticulación del lenguaje y la respiración oral.
• evita que se adquieran hábitos bucales perjudiciales para la cavidad oral, como chuparse el dedo o la tendencia a meterse cosas en la boca, ya que, cuanto más tiempo son alimentados por pecho, menos se chupan el dedo o recurren a chupetes, puesto que, en general, cubren sus necesidades de succión no nutritiva mediante la succión del pecho.
Y aunque la leche materna no es el origen de esas caries de la primera infancia, es fundamental que los dientes de los bebés queden limpios, especialmente al dormir, porque tanto la leche materna como la artificial contienen azúcares que si se dejan ahí toda la noche pueden llegar a producir esas caries tan problemáticas. Como la lactancia suele darse 'a demanda', normalmente esto implica que se le dé el pecho también durante la noche, y sin limpiar la boca del bebé tras la toma nocturna. Es esa falta de higiene oral cuando el niño ya tiene piezas dentales lo que puede provocar las caries, no la lactancia materna. Por esta razón, es importante tener presente que debemos empezar las rutinas de higiene bucodental desde que aparecen las primeras piezas dentales, normalmente entre los 6 y los 9 meses, para prevenir la llamada caries del lactante.